Hoy en día existen evidencias claras que la política se ha deformado a partir de los intereses particulares de algunos políticos, evidenciándose en la construcción de aeropuertos fantasmas que no se necesitaban, vías de trenes en ciudades con poca afluencia, nuevas autopistas privadas que no eran requeridas, etc. En consecuencia, el gasto y las prioridades de los ciudadanos no están precisamente en la mira del político de turno que orientó un gasto público a una realidad diferente al sentir de los ciudadanos.
La nueva política pública 4.0, desde la mirada de la sociedad actual, debe incluir los siguientes elementos que aseguren un verdadero impacto social y la construcción del futuro de la ciudadanía 4.0 de forma tangible, real e integrada a las necesidades actuales del individuo tecnológico de este siglo; para el logro de estos resultados se requerirán pequeños pasos específicos y grandes estrategias globales, fundamentalmente guiadas y enmarcadas dentro de estos cuatro elementos:
Inteligencia artificial y metodología científica
Interacción ciudadana y escucha social
Inteligencia geográfica y visual
Blockchain
Inteligencia artificial y metodología científica
La identificación de sistemas de simulación, autoaprendizaje y/o pronóstico que permitan determinar cuáles son los escenarios más plausibles, viables y democráticos que responden de forma efectiva a las necesidades concretas e identificadas en la ciudadanía, es tal vez uno de los temas clave más importantes dentro de la venidera gestión de políticas públicas 4.0. En este sentido, a través de herramientas de inteligencia artificial como los Chatbots y el Machine Learning, las facilidades de almacenamiento y análisis de información que ofrece la tecnología de Bigdata y muchas otras disponibles a la fecha, podemos aprender mucho más acerca de los intereses reales, motivaciones y limitaciones que tiene una población determinada o un grupo específico de ciudadanos en un espacio geográfico en particular; estos elementos serán indispensables, para que haciendo uso de algoritmos y aprendizaje autónomo, podamos encontrar soluciones más eficientes y robustas en la caracterización de políticas públicas.
En la última década la inteligencia artificial (IA) ha contribuido con el desarrollo de las grandes empresas mediante la facilitación de millones de datos importantes acerca de sus clientes, su estilo de vida, su economía, salud, intereses, motivaciones, e incluso de cierta forma ha influenciado en sus propios deseos, prioridades y escogencias.
A partir de la llegada y rápida masificación de los teléfonos inteligentes, que comenzó en el año 2007, se evidencia que la inteligencia artificial no sólo se trata de computación y/o ingeniería, sino también de analizar y entender cómo se transforma toda la información capturada por las empresas en nuevos productos, estrategias y decisiones que generen mayores y mejores beneficios. Hoy entendemos y estamos conscientes que existe abundancia de información personal, mucha de ella resultado de la vinculación voluntaria de una parte del ciudadano con esta nueva sociedad digital, sin embargo, el gran caudal de conocimiento explícito e implícito de la cultura humana, que ha sido obtenido por medio de cerebros humanos y llevado a formato digital, hasta los momentos continua prácticamente inexplorado por las administraciones públicas y los altos decisores.
Los avances conocidos en cuanto a la capacidad de autoaprendizaje de los computadores deben ser un disparador que impulse la adopción en nuestras instituciones de sistemas de simulación, autoaprendizaje y/o pronóstico de las actividades y comportamientos ciudadanos, de forma tal que
podamos conocer, aprender y registrar información relacionada a sus necesidades, prioridades y sus legítimos reclamos derivados de la ineficiencia de un servicio o una determinada institución pública.
El humorista Británico Sir Terry Pratchett acuñó una frase que llama a la reflexión continuamente en estos temas: “La estupidez real siempre vence a la inteligencia artificial”; en muchos casos ha sido efectivamente una broma simpática, sin embargo, en muchos otros ha sido una realidad tangible de tecnologías y políticas con fallas graves de implementación, en las que no se han considerado todos los elementos críticos para lograr el éxito requerido.
Muchas decisiones políticas son la consecuencia de la presión social que pasa por los aspectos económicos, financieros y ambientales; sólo basta con imaginar cientos de miles de usuarios de redes sociales y plataformas web solicitando la protección de un área verde o la no construcción de una determinada instalación por sus efectos en el equilibrio medioambiental.
Cuando imaginamos las herramientas y/o técnicas asociadas a la inteligencia artificial que pueden mejorar potencialmente el proceso de formulación de políticas, la lista es larga, entre ellas están incluidas las técnicas de optimización y apoyo a la toma de decisiones, minería de datos y opiniones, machine learning, teoría de juegos y simulación basada en agentes.
La inteligencia artificial también tiene un papel muy importante que desempeñar en el entorno legal, ya que tiene un profundo impacto en el ámbito del derecho, la evaluación y el cumplimiento de la ley, donde aportan gran valor las herramientas que apoyan la argumentación y el razonamiento basado en
casos, así como también tienen la oportunidad de brindar asesoría legal automatizada en menor costo. Tal es el caso de tecnologías como ROSS en Canadá, Watson de IBM y Aivo en Argentina, quienes a través del uso de inteligencia artificial han generado soluciones verdaderamente eficientes en el área legal y algunas con impacto en muchas otras áreas del quehacer cotidiano.
Si continuamos buscando actuales y potenciales usos de la inteligencia artificial, encontraremos que tiene aplicabilidad en la salud pública, políticas públicas sobre cambio climático, gestión pública, toma de decisiones, prevención y respuesta ante desastres, mejora de la interacción entre el gobierno y los ciudadanos, personalización de servicios, interoperabilidad, análisis de grandes cantidades de datos, detectando anormalidades y patrones, y descubriendo nuevas soluciones a través de modelos dinámicos y simulación en tiempo real.
El Departamento de Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos también utiliza una solución de inteligencia artificial conocida como EMMA, una asistente virtual bilingüe que ofrece a los usuarios contar con respuestas a sus preguntas sobre los servicios y que a su vez sirve como guía en la navegación en la página web de la mencionada institución. EMMA es capaz de aprender y mejorar sus respuestas a través de un sistema de retroalimentación donde el usuario le indica cuál de sus respuestas realmente le ayudó. Hoy en día EMMA responde más de 1.000.000 de preguntas cada mes.
La Corporación Municipal de Pune, estado de Maharashtra en India, como parte de la iniciativa de ciudades inteligentes (Smart Cities) y haciendo uso de la inteligencia artificial, implementó el chatbot «PMC» para su sitio web. Este chatbot, PMC, proporciona a las personas la información que requieren en respuesta a sus solicitudes de registro de quejas, servicios on-line, presentación de impuestos, problemas de salud, finanzas, información sobre la licencia de conducir y muchos más. De esta forma, el chatbot ha dado más transparencia entre la agencia gubernamental y las personas.
Finalmente, dentro de los múltiples beneficios que encontramos en la aplicación de inteligencia artificial en instituciones públicas y especialmente en el uso específico de chatbots, tenemos que:
- Las personas pueden interactuar con el chatbot en lenguaje natural
- El acceso al gobierno se realiza con una mayor transparencia
- Habilita un acceso rápido a datos públicos evitando lagunas de comunicación e información
- Mejora de las relaciones entre el ciudadano y el gobierno
- No es necesario esperar mucho ni verse obligado a moverse por las agencias gubernamentales para resolver solicitudes. Ahorra tiempo a las personas y evita costos de viaje innecesarios a las oficinas
- Brinda agilidad y una mejor capacidad de respuesta al reunir todos los datos del gobierno en un solo lugar
- Aprovecha los servicios públicos a un costo y esfuerzo reducidos
- El público puede estar mejor informado sobre las nuevas formulaciones y anuncios a través de notificaciones push
- Al ser impulsados por inteligencia artificial, los chatbots, con la ayuda de técnicas de aprendizaje automático pueden estudiar el comportamiento de las interacciones de los usuarios con las instituciones y brindar contenido basado en los intereses reales de las personas
En nuestra siguiente entrega continuaremos abordando y profundizando en el resto de tecnologías clave.
Henry Rodríguez y Simón Rausseo
Cavecom-e y Bam-Mentor